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La modernidad de lo vintage. Pavimentos hidráulicos y de mosaico: El caso de la Fábrica Nolla

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A finales del siglo XIX se desarrolló en buena parte del mundo un nuevo estilo en todas las artes, sobre todo decorativas que se denominó como modernista. Respondía a la evolución del mundo que estaba entrando en un nuevo modelo que rompería todos los esquemas tradicionales, y como tal, las artes debían acoplarse a este nuevo mundo joven, libre y moderno.
Flores y piedras preciosas, Alphonse Mucha

Esta nueva estética se inspiraba en la naturaleza, introduciendo los nuevos avances que la industrialización daba día a día en esta Belle époque. El modernismo se instauró en todas las facetas del arte, ya sean mayores o menores, artes gráficas, en el diseño de mobiliario, rejería, joyería, cristalería, cerámica, lámparas y todo tipo de objetos útiles en la vida cotidiana, incluido el mobiliario urbano, que pasó a tener gran importancia (kioscos, estaciones de metro, farolas, bancos, papeleras, urinarios).
Detalle reja modernista

Muchos artistas identificados con el modernismo son artistas «integrales». Especialmente, en el caso de los arquitectos, no sólo proyectaban edificios, sino que intervenían en el diseño de la decoración, el mobiliario, y todo tipo de complementos y enseres de uso diario que habían de contener. Por todos es conocido el arquitecto Gaudí, fiel representante de este estilo en España, que gracias a su obra ha posicionado a la ciudad de Barcelona en el top del estilo modernista mundial. Pero como he dicho anteriormente, no sólo el modernismo se limitó a las denominadas artes mayores, sino que un sinfín artes secundarias se vieron envueltas en este nuevo movimiento moderno, tal es el caso de los pavimentos de las casas, objeto de este artículo. Gracias al progresivo ascenso de la burguesía con mayor poder adquisitivo, y de una clase media desconocida hasta entonces, las nuevas casas se decoraron con pavimentaciones conocidas como de mosaico o hidráulicas, con motivos geométricos o inspirados en la naturaleza, diferentes en cada habitación de la vivienda, enmarcados o no en una cenefa, a modo de alfombra perpetua.

Pavimento de mosaico diseñado por Domenech i Montaner. MNAC

Tal fue el auge de este tipo de pavimentos que surgieron en nuestro país varias fábricas especializadas en este tipo de suelos, siendo una de las más importantes del litoral mediterráneo la Fábrica Nolla, en Meliana, localidad de las proximidades de Valencia. A caballo entre la artesanía y la producción en serie, esta fábrica surtió de suelos a la inmensa mayoría de edificaciones del popular barrio valenciano de L’Eixample o Russafa. No es raro encontrar en estas viviendas suelos aún hoy en día de esta categoría, unos más degradados que otros, que bajo el tópico tan trendy de vintage, se están recuperando en gran medida. Aprovechando el tirón de esta nueva tendencia, el museo de Cerámica González Martí de Valencia ha dedicado una exposición temporal precisamente a la historia de esta fábrica y a la producción de la misma.

La fábrica Nolla fue una gran empresa que daba trabajo a gran parte de l’horta nord valenciana, del que hoy conservamos un palacete que servía en su época de showroom en el que los clientes podían observar la versatilidad decorativa de este tipo de mosaicos, a modo de catálogo arquitectónico. Este palacete fue en origen una alquería del siglo XVII que posteriormente fue comprada por el fundador de la fábrica e incluida en la plataforma industrial que se construyó para la fabricación de estos pavimentos. En 1860, el empresario Miguel Nolla Bruixet inicia la construcción de un conjunto fabril dedicado a la producción de una cerámica de una calidad excepcional, inspirada en los modelos ingleses de la época. Dicha industria tendrá una gran relevancia histórica, ya que constituye uno de los motores de la Segunda Revolución Industrial española.
Antigua Fábrica Nolla. Meliana (Valencia)

Además de la excelencia de su producto, Miguel Nolla destacó igualmente por introducir nuevos conceptos de difusión y venta, creando para ello una red de contactos y clientes pertenecientes a la más alta sociedad de la época. Los reyes Amadeo I de Saboya y Alfonso XII, las familias Romanov y Hohenzollern, el general Prim, el tenor Gayarre, el poeta Querol y muchos más, visitaron la fábrica de Meliana, y disfrutaron de su estancia en el Palauet, que se ha convertido en el muestrario a escala real de las excepcionales posibilidades ofrecidas por sus mosaicos cerámicos. Lo que Mosaicos Nolla aportó a la industria valenciana y española fue la modernidad del diseño y la eficacia técnica. Lo que hoy llamaríamos I+D: pavimentos hidráulicos de gran calidad, baratos y de gran resistencia, que se componen de teselas geométricas que pueden ser montadas en suelos o frisos con la mayor facilidad y resultados sorprendentes.
Detalle fachada Palauet Nolla

En el tiempo en que el arquitecto valenciano Guastavino triunfaba en Nueva York con sus bóvedas y composiciones cerámicas, Nolla, en España, trabajó en campos parejos con no menos éxito innovador. Porque más allá de combatir con cerámicas los riesgos de incendio y deterioro de las maderas, la empresa Nolla, a base de incrustaciones cerámicas, contribuyó a cambiar las posibilidades decorativas en fachadas, paneles y remates de edificios, en un tiempo en que las ciudades se estaban renovando en profundidad y, como Valencia, proyectaban crecer en zonas de Ensanche.


Suelos de mosaico restaurados.
A mediados de los años 60 llegó un nuevo material conocido como terrazo, muy brillante y fácil de limpiar, que desbancó a esta tipología de suelos y muchos de ellos, catalogados de viejos, fueron sustituidos, en la mayoría de los casos encima, por grises y frías losas de terrazo, bajo los destelleantes ojos de los propietarios que veían relucir sus casas cual palacio de Versalles. Este fue el declive final de la fábrica de Meliana, y con él su palacete expositivo. Afortunadamente, la moda es cíclica, y como suele suceder, ahora estos suelos han resurgido de sus cenizas y se están recuperando en muchos lugares. Del mismo modo que también se está realizando estudios pertinentes para la restauración, recuperación y puesta en valor del palacete o palauet, una verdadera joya del patrimonio cultural e industrial de nuestro pasado más próximo.
Palacio Nolla a principios del siglo XX

 José Rubio Rodríguez

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Tengo curiosidad:

http://www.lasprovincias.es/20120415/comunitatvalenciana/valencia/palacio-nolla-mosaico-recuperacion-201204151405.html

http://www.lasprovincias.es/v/20101023/comunitat/mosaico-lujo-20101023.html

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2010/09/26/mosaicos-aristocracia/742249.html






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