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Del patrimonio observado al patrimonio experimentado

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Tarraco viva


Una sociedad cambiante como esta en la que vivimos exige un patrimonio que sea capaz de seguirle el ritmo. Los públicos reclaman cada vez más un papel activo de los emisores culturales y un mensaje personalizado y directo que, además, entretenga. Según nos dice Freeman Tilden en su emblemático Interpreting our heritage (1957): "la interpretación debe tocar cuestiones relacionadas con la personalidad y la experiencia del visitante" así como "el principal objetivo de la interpretación no es la formación, sino la provocación". Tilden definió el concepto de interpretación del patrimonio y sus ideas aún siguen vigentes en el campo de la difusión al público de los valores culturales de nuestra herencia material e inmaterial.

En este escenario las formas “no convencionales” de presentar nuestro legado se abren camino con gran fuerza: museos ambientales, visitas teatralizadas, jornadas gastronómicas, festivales históricos... Toda herramienta que sea útil para acercar la historia al espectador y que éste a su vez deje de serlo y se convierta en participante. Caminos también para rentabilizar económica y turísticamente los recursos de manera que sean sostenibles en el tiempo y beneficiosos para la población local.

El camino hacia esta nueva forma de interpretar y mostrar participando lo abren los museos al aire libre escandinavos que a finales del siglo XIX ponen en marcha espacios donde recrear las viviendas, el vestido, la alimentación y las tradiciones de las comunidades rurales. A través de la creación de los ambientes tradicionales permitían al visitante adentrarse directamente en el mensaje, borrando por fin la distancia tradicional entre el sujeto y el objeto. El museo de Skansen, en Suecia, es el ejemplo representativo de esta corriente y se convierte en una muestra congelada de las tradiciones y el folclore local donde se aunan la antropología, la etnología y en fin, la vida cotidiana. No es casualidad que el espacio escandinavo fuera pionero en este tipo de museo dada su tradición material efímera (construcciones en base a materia orgánica) o su necesidad de la búsqueda de las identidades nacionales debido a su historia local.

Didáctica en el Museo de Skansen.


Ya en el siglo XX surge en Francia una adaptación de este concepto de museo al aire libre escandinavo pero más dirigido hacia la comunidad, garantizando el derecho de ésta sobre su propio patrimonio y siempre en relación a su contexto natural: el ecomuseo. Son espacios museísticos que ahondan en la identidad del territorio a través de la participación con el fin del crecimiento del bienestar y el desarrollo de la comunidad. En España podemos disfrutar de excelentes ejemplos en Castilla y León, Andalucia o Asturias donde se encuentra el Ecomuseo Minero del Valle de Samuño del que ya se ha hablado en este blog.

En la línea de todo la apuntado nos encontramos variantes como losfestivales, recreaciones históricas, recorridos teatralizados o jornadas gastronómicas históricas que se celebran con profusión en el presente, y que no hacen sino subir un peldaño más hacia la completa integración/participación/comprensión de los pueblos con su historia. No exentos de peligros, donde el más evidente es la banalización o superficialidad a la hora de mostrar rigor, se convierten, quizá por su vertiente lúdica, en un éxito de público.

Festival vikingo de Trelleborg


Mostrando algún ejemplo el Museo Nacional de Dinamarca lleva a cabo anualmente un festival vikingo en el yacimiento arqueológico de Trelleborg, los restos de una antigua fortaleza militar y centro económico levantado por el rey danés Harald Bluetooth entorno al año mil. En este campamento de quince días de duración, los vikingos viven como los antiguos normandos, comen como ellos, y llevan a cabo tareas de elaboración de artesanías en hueso, metal, textiles… y también realizan recreación de batallas y actividades lúdicas.

Tarraco viva


Pero sin lugar a dudas la cultura estrella en el campo de las recreaciones y los festivales es la romana. Numerosos eventos en toda europa traen al presente los usos y costumbres de uno de los mayores imperios de la humanidad. “Tarraco viva” en Tarragona es el ejemplo del festival que no sólo se queda en la parte lúdica sino que aprovecha la cita para desarrollar un amplio programa de conferencias, recorridos, talleres… un inmenso abanico con el claro objetivo de divulgar, sensibilizar y crear un espacio de participación y encuentro para el público pero también para los gestores y profesionales de la cultura y el patrimonio.

Estos son sólo dos citas de entre la amplia variedad que existen: festivales medievales, recreaciones de batallas napoleónicas, paseos teatralizados sobre personajes literarios, y un largo etcétera. Queda en manos de todos, profesionales y público, conseguir que estos productos culturales mantengan los índices de calidad necesarios para que sean eficaces cumpliendo sus objetivos. Aprender jugando es más positivo pero no sacrificando el contenido.

Daniel Martínez Ibáñez 




Algo más:

 Videolog sobre el Festival Vikingo de York:

 

Tarraco Viva 2016 (video resumen):


Recreación de la batalla napoleónica en las laderas del castillo de Burgos:

 




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