No resultará polémico aceptar que los prescriptores de cultura, aquellos que de alguna forma le sirven en aspectos tanto de creación, gestión o facilitación, sean al tiempo los mayores consumidores de la misma. De hecho va a ser esta inclinación particular la que lleve, también sin más discusión, a su posterior profesionalización. Que sea inconcebible la figura de un compositor que desprecie el desfile musical de los siglos en el aliento de sus creaciones se descubre tal vez como el ejemplo más asequible, ya que escritores -publicadores de libros- que se envanecen de sus escasas lecturas sí proliferan. Algo advertía Cicerón de esto último, por cierto. ![]() |
Caracterizado como Roderic Cruïlles, el guía muestra a los turistas algunos rincones de Valencia. |
Tampoco cuesta demasiado reconocer la contrapartida con la que estos agentes culturales van a cargar el resto de sus días: el esfuerzo por separar sus dos miradas -personal y profesional- al enfrentarse a cualquier manifestación artística enturbiará en adelante el puro deleite con el descarnado análisis. Con objeto de ahondar en el tono didáctico de Embolicart, y en el impostado ejercicio de tuertez requerido para asumir tan sólo la óptica de un turista casual abiertamente desinteresado u hostilmente cautivo que se presenta partícipe de la experiencia de visita a un determinado enclave histórico/arqueológico, trataré de concretar las pautas que deberían armar el esqueleto de un discurso interpretativo por el cual su cicerone, además de engordar su exiguo zurrón, manifieste el más tibio interés en ser escuchado y comprendido. Que no es lo mismo. Y es que fue precisamente durante el reciente recorrido a uno de estos museos de sitio donde empecé a dar forma a estos apuntes, no tanto por la destreza de la guía como por la anécdota que recordé mientras le atendía recortada sobre un campo de mies. ![]() |
Recreación durante una visita a Kelin (Caudete de las Fuentes) |
Es muy conocida, sobre todo en Huesca, la enseñanza de Periandro y Trasíbulo. El primero, que heredaba un puestecito de tirano en Corinto tras el temprano deceso de su padre, envía enseguida un emisario al segundo, profesional del gremio en Mileto, con la intención de recibir su consejo. Un CEO for dummies, vaya. Después de todo, la célebre prosperidad de la ciudad jónica y la fidelidad que Trasíbulo se había asegurado entre su camarilla de aristócratas le convertían en una respetable autoridad mundial en la materia. Cuando se presenta el heraldo y, moleskine en mano, solicita cumplida respuesta a los desvelos de su amo, el tirano de Mileto lo agarra de una oreja y lo lleva de paseo al campo. Entre mares de cereal Trasíbulo se hace el interesante y, evitando las cuestiones directas del mensajero, se limita a cortar distraído algunas espigas que despuntan de la amalgama rubia. De vuelta en casa el enviado especial echará pestes de su parco anfitrión a Periando, pero éste ya no va a escucharle. Ha captado el mensaje a la primera: hay que descabezar a las élites. Obviando unas implicaciones ideológicas que hoy se tornan especialmente siniestras, quedémonos con el éxito de la acción comunicadora y trasladémoslo a la mesa de trabajo del intérprete cultural. Usemos bisturí, ¿cuál es el truco de Trasíbulo?
- Concisión. Ni tanta como el tirano ni tan poca como un sofista. Está estudiado que el más medio de los visitantes no invierte más de 20 segundos en la lectura de un panel, lo que acota cualquier posibilidad de trasladarle una idea a unas 60 palabras alicatadas en no más de 20 líneas. ¿Cómo se traduce este volumen al formato escucha en el prestigioso conversor Tilden? Empatía más sentido común dividido por las condiciones ambientales del lugar, una fórmula mágica que no entiende de resultados concretos. Así, conviene prescindir de aquellos datos o derivas narrativas que ya estén detalladas en otros canales como el díptico o la señalética museográfica, evitando el solapamiento de contenidos y con ello la desintonización de un oyente al que costaría recuperar. La visita asistida se presenta como una excelente excusa para las caras b, la microhistoria y el anecdotario con mensaje. Todo ello cribado para no dejar paso a ampulosidades, tecnicismos y subordinadas intrincadas, en un lenguaje tan preciso como la carta de un restaurante. Si el público lo demanda, se amplía. Ah, y sonríe. Tienes un empleo genial.![]() |
El equipo de Sexto Mario trabajando en el Templo Romano de Córdoba |
- Claridad. La retahíla de fechas, parentelas políticas extendidas y lista completa de callosidades del monarca decimotercero de la cuarta dinastía según se entra a la izquierda vendrán a distorsionar un hecho comunicativo cuya ambición no debe exceder la comprensión general del sitio y la estimulación de una curiosidad propia. La base, esto último, de cualquier inteligencia. Esta sobrecarga de información además arruinará la inmersión de nuestro invitado con elementos que en realidad son anacrónicos al relato, puesto que se trata de construcciones contemporáneas que surgen de la contemplación e historización del asunto bastantes siglos después. No es el objeto minusvalorarlo, sino al contrario, canalizar su concentración en la mímesis con el periodo que se está evocando ante los restos. Una fecha puede aprendérsela cualquiera.
- Teatralidad. Aquella visita guiada que no parezca una visita guiada será la mejor visita guiada. Aunque la teatralización recreacionista es siempre una herramienta infalible al tiempo de vivificar un momento histórico determinado, la ausencia de recursos, imaginación o una línea editorial del sitio abiertamente contraria pueden llevar a prescindir de sus posibilidades. Ahora bien, ello no ha de comportar el abandono de cualquier conexión emocional con el grupo asistente a la visita. No es una excusa. Ofrecer analogías bien reconocidas en el presente -sin que divulgar signifique banalizar-, rasguear la sensibilidad, entroncar con la experiencia personal del oyente y explotar la narrativa componiendo ante éste una postal del pasado a base de "pinceladas", confeccionan un catálogo de caminos secundarios más sutiles hacia la misma meta. Lo más probable es que nuestro visitante no consulte ensayos especializados pero se revele como un devoto discípulo de novela histórica. Aprendamos sin prejuicios de los códigos de esta género literario.![]() |
Visita teatralizada en Zaragoza (Flickr) |
- Complementariedad. Agatha Christie escribió que en el éxito de una novela policiaca la única premisa es que el detective nunca sepa más que el lector. Es importante que tras la visita guiada, e incluso en algunas fracciones de tiempo durante la misma, las explicaciones tomen un descanso y se respete el tiempo del turista para la investigación, su autodescubrimiento incentivado, el diálogo mutuo, el libre deambulamiento y, en definitiva, el aprovechamiento del lugar, lo que probablemente suscitará cuestiones al intérprete más tarde. Que no parezca un secuestro, no olvidemos que están disfrutando de su tiempo de ocio. ![]() |
Conviene no excederse con el "libre deambulamiento" |
- Adaptabilidad. Todo lo expuesto con anterioridad podría ser rigurosamente falso. Variables como las necesidades del grupo, su edad, procedencia y formación, la meteorología, la franja horaria, el tiempo disponible, la actualidad informativa, la adscripción temática a algún programa común con otras instituciones afines e incluso la coincidencia del día elegido para la visita con alguna efeméride deberían dar al traste con nuestro discurso monolítico. Amoldémonos a las particularidades de nuestro interlocutor, interesémonos por conocerle. Si encorsetemos cualquier espontaneidad bajo un patrón cerrado no habrá distinción alguna entre nuestra labor y la de una audioguía. Una de las vergüenzas que destapó la crisis económica en la parcela arqueológica privada fue la asimetría entre los metros cúbicos de tierra excavados en "aquellos maravillosos años" y su correlato en volúmenes de conocimiento. La investigación, difusión, conservación y rendimiento social de los hallazgos quedó en stand by mientras una lucrativa remoción de tierras se empalmaba con otra. Por necesidades del guión, el gremio está migrando ahora hacia la proyección didáctica -visitas, talleres, convivencias- de los espacios históricos. Asumiendo que la pervivencia de muchos de estos lugares pasará por la pronta estima de las futuras generaciones, un desafío que habrían de hacer propio todos los actores educativos que intervienen en la tarea de formar ciudadanos, supondrá una enorme responsabilidad que este sector reconvertido no herede los vicios de aquella arqueología hueca.![]() |
Actividad teatral del equipo de la Domus Baebia desarrollado con alumnos de secundaria en el Teatro Romano de Sagunto. |